EMDR (Siglas en inglés de "Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares") es un abordaje psicoterapéutico innovador y validado científicamente, que acelera el tratamiento de un amplio rango de patologías.
EMDR como método combina elementos teórico-clínicos de diferentes orientaciones. Para muchos pacientes EMDR resulta de mayor ayuda para sus problemas que otras terapias convencionales.
En el proceso con EMDR, el terapeuta trabaja con la persona para identificar el origen y los desencadenantes del problema (por lo general experiencias difíciles o traumáticas grabadas en forma de recuerdos, creencias, emociones, o sensaciones físicas que a veces se traducen en conductas problemáticas). Los factores de mantenimiento del problema se analizan funcionalmente y constituyen también objetivos del tratamiento. Una vez identificadas las "dianas", éstas se trabajan a través de un protocolo en el que el terapeuta aplica estimulación bilateral al paciente para evocar la memoria visual, emocional y física en el aquí y ahora. Esto facilita la conexión entre los dos hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la disminución de la carga emocional. La meta es que el/la paciente procese la información traumática o disfuncional llevándola a una "resolución adaptativa".
La estimulación bilateral puede ser: a) visual (el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta); b) auditiva (el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos) c) kinestésica (el terapeuta golpetea suavemente y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente).
El abordaje empleado en EMDR trabaja sobre tres puntos: 1) experiencias del pasado y de vida temprana; 2) experiencias estresantes del presente y 3) pensamientos y comportamientos deseados para el futuro.
La palabra trauma deriva del griego y significa "herida". El trauma es una "herida psicológica" que puede ser provocada por variadas situaciones. Por ejemplo, cuando oímos hablar de traumas lo asociamos a problemas originados por grandes desastres naturales o aquellos causados por el hombre, como guerras, accidentes, abusos, etc. Los especialistas los denominamos Traumas con "T mayúscula" por la gran magnitud de sus causas. También existe otra categoría de traumas con "t minúscula", cuyo origen está relacionado con hechos, aparentemente, de menor importancia. Como por ejemplo: vergüenza, desprotección, humillación, cambio de roles en la familia, etc.
Sin embargo, la importancia de las causas del trauma no determina la calidad del daño que éste produce. Puede ser tan dañino un "T" como un "t", porque sus efectos dependerán de cada persona, de su historia y entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo. El trauma, no importa su origen, afecta de tal manera la salud, la seguridad y el bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo.
EMDR es uno de los modelos de tratamiento con mayor número de validaciones científicas, hecho que le ha valido el reconocimiento de la ISTSS (Internationa Stress Traumatic Study Society, 2002) y de la APA (American Psychology Association, 2004) para el uso en el trauma. Sin embargo, los más de 60.000 clínicos entrenados en EMDR lo recomiendan en el uso de Trastornos de Ansiedad, Depresión, Adicciones, etc.
EMDR es un abordaje centrado en el paciente que permite que el terapeuta estimule los mecanismos de curación inherentes a la propia persona. Pone en marcha un sistema adaptativo de procesamiento de información del cerebro. El modelo EMDR toma en cuenta los componentes fisiológicos de las dificultades emocionales. Trabaja directamente estas sensaciones físicas además de las creencias negativas y estados emocionales de los síntomas que perturban al paciente.